12.06.2008

La contractura muscular: definición y causas

¿En qué consisten?
La contractura muscular consiste en la contracción persistente e involuntaria de un músculo provocando un aumento del tono muscular. La contracción se produce de forma espontánea e inconsciente y de forma permanente. El músculo no se relaja y queda contraído.
En general no se trata de una lesión grave, pero es molesta, y cuando se produce impide entrenar durante varios días.
Es importante tener en cuenta que en muchas ocasiones la contractura está ocultando o protegiendo una lesión (elongaciones, desgarros, etc.) por lo que debe procederse a un diagnóstico adecuado

¿Cuáles son los síntomas?
Es un estado muscular doloroso que se siente en reposo o ante el estiramiento, pero sobre todo durante la contracción contra resistencia.
Además del dolor persistente en el músculo, al tacto se le nota endurecido y tenso. El dolor no es agudo, pero es constante. A veces al cambiar de posición se calma ligeramente, pero nunca desaparece del todo. Según el músculo concreto donde se produzca, puede haber dificultades para moverse con naturalidad.
Suelen aparecer asociados a determinadas profesiones y al exceso de trabajo, así como al estrés.

¿Cómo es un músculo?
Un músculo es un tejido del cuerpo formado por células muy especializadas. Un 35 % del peso en las mujeres y un 42 % del peso en los hombres corresponde a masa muscular.Cada célula muscular tiene una zona muy especializada que esta dedicada exclusivamente a la contracción (la acción muscular que nos permite movernos), esto requiere de energía que esta acumulada en cada célula. Seguido a la contracción viene la relajación que es cuando el músculo se afloja porque no necesitamos moverlo, para esto también nos hace falta energía. Para que el músculo se relaje hace falta gastar energía y si esta falta el músculo no puede relajarse. Cualquier músculo del cuerpo necesita mas energía para relajarse que para contraerse y esto la mayoría de la gente no lo sabe.
¿Cómo llega la energía al músculo?
Los pequeñísimos vasos sanguíneos que llegan al músculo le traen el alimento que el mismo músculo luego transformara en energía, los azucares, las grasas y el oxigeno son algunos de los elementos que llegan por vía sanguínea. Una vez en el músculo estos componentes forman parte de numerosas reacciones químicas que por ultimo dan lugar a la formación de energía, la necesaria para la contracción y la relajación muscular.

¿Cómo se produce la contractura?
Obedece a causas tan diversas como temperaturas extremas, la acción de ciertos fármacos o la acumulación local de ácidos láctico, ocasionada por esfuerzos inusuales.
Cuando por algún motivo no llegan los distintos elementos para la formación de energía a una parte del músculo o se produce una acumulación local de ácido láctico, este sector no puede relajarse y lo notamos tenso. Lo que sucede en este caso es que esa parte del músculo sigue contraída y no puede aflojarse y lo peor es que mientras este tenso va a mantener a los vasos sanguíneos cerrados y estos no van a dejar los nutrientes necesarios para la formación de energía y sin energía no puede relajarse, entonces estamos frente a un circulo vicioso, la contractura limita la formación de energía y la falta de energía provoca contractura. Siempre que hagamos un esfuerzo sostenido en el tiempo en una zona muy localizada del cuerpo corremos el riesgo de agotar las energías de ese lugar y favorecer la aparición de una contractura. Esto se da principalmente por las malas posturas y por las tensiones nerviosas.

Existen dos tipos de contracturas musculares:
Aquellas que aparecen cuando se está realizando un ejercicio, la contractura se produce por un movimiento brusco. En personas poco acostumbradas a realizar esfuerzos puede desencadenarse una contracción al efectuarse algún movimiento violento o brusco durante una mudanza, una carrera larga o cualquier caída imprevista.
Las que se presentan con posterioridad al esfuerzo, o de forma gradual, si es resultado de acumulación de tensión. En algunos casos, se debe a un exceso de trabajo del músculo o sobreesfuerzo sin suficiente tiempo de recuperación, y es limitado a ese músculo o grupo muscular .
Las del primer tipo se deben a la acumulación de productos metabólicos en el interior del tejido muscular. Cuando un músculo empieza a trabajar requiere energía, que se aporta por el flujo sanguíneo que transporta los nutrientes obtenidos de la alimentación; estas sustancias reaccionan con el oxígeno en el interior del músculo y desprenden la energía necesaria para la contracción de las fibras musculares. Por medio del flujo sanguíneo se oxigenan y alimentan los músculos, y se eliminan las sustancias tóxicas resultantes. Cuando se realiza un movimiento intenso e inesperado ocurre que, por un lado, los vasos sanguíneos no están desarrollados o dilatados lo suficiente como para poder nutrir el músculo que trabaja y, por otro, son insuficientes para limpiar las fibras musculares de los desechos tóxicos que producen; cuando se liberan estos elementos tóxicos provocan, al propio tiempo, dolor y contracturas en el músculo afectado.
Otra forma también frecuente de contractura es la del segundo tipo, que aparece después del ejercicio físico, por lo general provocada porque alguna de las fibras musculares ha sido distendida o sometida a un trabajo excesivo sin dejarle tiempo para recuperarse.
Pero cuando hablamos de la columna, la causa más frecuente son problemas funcionales de la columna que obligan al músculo a trabajar más de la cuenta durante mucho tiempo (por ejemplo ver "rectificación de la lordosis cervical") o también por mecanismos reflejos (por ejemplo en un síndrome facetario, la irritación de las articulaciones facetarias activa un reflejo neurológico que causa un espasmo de los músculos multifidus entre otros). En este caso las contracturas son repetitivas y persistentes, afectando a los músculos asociados a la zona de la columna que las genera.
También las personas mayores son susceptibles de sufrir este tipo de dolencias, debido a que existe una pérdida general de elasticidad en todas sus articulaciones y grupos musculares, que forma parte del proceso de envejecimiento.
Otras causas son las posiciones estáticas durante mucho tiempo, la ansiedad y el estrés.

¿Cuáles son las causas mas frecuentes?
CUELLO: causadas por giros bruscos, traumatismo en la cabeza, posiciones estáticas mantenidas o alteraciones en las articulaciones intervertebrales.
ESPALDA: ocasionadas por curvaturas excesivas de la columna, que reciben el nombre de Cifosis, Escoliosis e Hiperlordosis, que por lo general se presentan acompañadas por un dolor intenso. Otras posibles causas son los esfuerzos al alzar peso, hacer ejercicios en exceso, la artritis de columna, el lumbago y el ciático.
HOMBRO, BRAZOS Y MANOS: estas zonas son muy propensas a sufrir contracturas causadas por torceduras, esguinces, artritis u otras inflamaciones articulares, posturas inadecuadas, cambios climáticos o exposiciones prolongadas al frío o humedad no acostumbradas. También son provocadas por caídas y traumatismos, sobre todo en las personas mayores.
PIERNAS, CADERAS Y RODILLAS: causadas por artrosis, lesiones en los meniscos, esguinces, posturas forzadas o tendinitis.

La contractura muscular como causa del dolor de espalda
Puede ser causa o consecuencia del dolor de espalda.
La contractura de un músculo activa directamente los nervios del dolor que están en él, desencadenando dolor de espalda. Además, el músculo contracturado puede comprimir la arteria, disminuyendo su riego sanguíneo. En esa situación se forma un círculo vicioso porque el músculo con menos riego tiende a contracturarse más fácilmente y, además, la falta de sangre activa más los nervios del dolor.
En estos casos, la contractura aparece esencialmente cuando se exige al músculo un trabajo superior al que puede realizar, ya sea intenso y puntual - por ejemplo, un esfuerzo excesivo- o mantenido y menos intenso - por ejemplo, mantener unas horas una postura inadecuada -. Por otra parte, algunas anomalías de la columna vertebralo desequilibrios de la musculatura favorecen que unos grupos musculares estén trabajando constantemente más de lo necesario, lo que les predispone a contracturarse.
Eso mismo ocurre cuando falta potencia a la musculatura y se le exige que realice esfuerzos que exceden su capacidad. Por ejemplo, algunos estudios científicos han demostrado que la musculatura paravertebral es simétrica; la del lado izquierdo y derecho tiende a ser similar con independencia de que el individuo sea diestro o zurdo. En pacientes que han sido operados de la espalda, o que han padecido dolores de espalda de forma crónica, la musculatura paravertebral puede atrofiarse hasta en un 80% con respecto a la del lado sano, facilitando un reparto asimétrico de las cargas, la sobrecarga muscular o discal y la aparición de nuevos episodios dolorosos.
En ese tipo de situaciones es fundamental hacer el ejercicio adecuado para cada caso específico, con el fin de contrarrestar esa tendencia y evitar la repetición de las crisis. Si esa situación se mantiene un período prolongado o se repite con frecuencia, el músculo se contractura cada vez con mayor facilidad.
La contractura muscular como consecuencia del dolor de espalda
Con independencia de cuál sea su motivo, el propio dolor de espalda puede causar la contractura muscular por un mecanismo reflejo. En estos casos, la contractura no es la causa primaria del dolor, pero sí un factor añadido que puede agravarlo. Además, puede empeorar algunas de sus causas. Por ejemplo, en una hernia discal dolorosa, la contractura muscular puede aumentar la fuerza de compresión sobre el disco y facilitar más la salida del núcleo pulposo.
De manera que, estas contracturas no desaparecerán hasta que no se corrija la causa funcional en la columna. Si tratáramos sólo la musculatura o sus síntomas, sólo tendríamos mejoras parciales y por poco tiempo, ya que la causa que lo origina persiste. A medida que pasara el tiempo sin corregir la causa, se irían cronificando esas contracturas siendo más difícil de obtener una recuperación completa y permanente.

¿Que articulaciones se ven mas afectadas por las contracturas?
Las articulaciones en las que mayormente se presentan contracturas son las de los hombros, las caderas, las rodillas, los codos, los tobillos, las muñecas y los dedos. En las rodillas, codos y dedos, se hacen notar las contracturas por la inhabilidad de extender o poner recta la articulación. Por otro lado, en los tobillos y muñecas, las contracturas provocan una dificultad para levantar la punta del pie y poner el pie en ángulo recto, y dificultad de levantar la mano con la palma hacia abajo respectivamente.
Calambres
Cuando la contractura se produce de forma rápida, dolorosa e intensa por acortamiento máximo de un músculo y como consecuencia de un exceso de actividad o en pleno reposo (mientras dormimos), hablamos de calambres.
La edad, el esfuerzo, la falta de calentamiento y/o estiramiento en la realización de ejercicio físico, así como la carencia de potasio, magnesio o calcio son factores desencadenantes de los calambres.

Contracturas y Distrofia muscular
Las contracturas musculares son después del debilitamiento muscular el síntoma que más comúnmente se presenta en la mayoría de los tipos de distrofia muscular (DM), especialmente en la DM tipo Duchenne y Becker. En este síntoma los músculos se acortan y pierden elasticidad, causando que las articulaciones se vayan apretando poco a poco perdiendo movilidad, convirtiéndose con el pasar del tiempo en un problema considerable para la persona afectada, al limitar su movilidad y aumentar los efectos del debilitamiento físico, dificultando las actividades de la vida cotidiana.
El porque se producen las contracturas musculares se debe en general a tres factores distintos, los cuales se unen en la DM para producirlas.
1- El primer factor es un proceso que se produce por la degeneración del tejido muscular, que se conoce como fibrosis. En el proceso de la fibrosis, el tejido muscular al verse dañado continuamente y no poderse regenerar correctamente por efecto de la enfermedad, es suplido en parte por tejido fibroso y graso. Este nuevo tejido a diferencia del muscular normal, no tiene las mismas capacidades flexibles y elásticas, por lo que hace que el músculo tienda a acortarse con el tiempo, haciéndose menos funcional y limitando la movilidad de la articulación. Este proceso de fibrosis por otro lado es el que hace que los músculos luzcan más grandes, aunque no más fuertes, siendo esta característica conocida como pseudohipertrofia.
2 - El siguiente factor es el de la falta de movilidad de las articulaciones y los músculos, ya sea por la adopción de cierta postura durante largos periodos de tiempo, o por la debilidad misma que impide tener movilidad suficiente. Un ejemplo de lo primero, es la postura en el sentado, donde las piernas se mantienen flexionadas durante largos periodos de tiempo.
3 - El ultimo factor que colabora en las contracturas, es el debilitamiento impar de los músculos que mueven las articulaciones. Esto es en especial característico de los músculos que realizan la flexión y extensión de cierta articulación, en donde casi siempre se ve mas debilitado el músculo que realiza la extensión, que el que realiza la flexión. Un ejemplo de esto se presenta en las articulaciones del codo, las rodillas y los dedos. Otro caso en el que este debilitamiento impar es notorio, es en los músculos que levantan y bajan la punta del pie, donde el músculo del frente de la pantorrilla se ve mas debilitado que el de detrás de la misma, provocando la notable característica de caminar de puntas en el afectado.
Debido a la unión de estos tres factores en la distrofia muscular, es que se producen las contracturas, que aumentan y se intensifican con el avance de la enfermedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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